De Gambia a la región de Harrisburg, la fundadora de cuidado infantil conecta a través de las culturas

Eventos comunitarios en el HMC Child Care de Haddy Saho en Harrisburg son una excursión alrededor del mundo.

Se anima a los padres y niños de diferentes culturas a vestir trajes tradicionales de sus países de origen.

“Somos muy diversos”, dice Haddy sobre su centro de cuidado infantil. “Tenemos familias y estudiantes de nuestra comunidad, Asia y países africanos. Eso es lo que me encanta, conocer a personas de diferentes culturas y conocernos. HMC tiene la suerte de tener miembros del personal trabajadores y de buen corazón cuyo único interés es que el niño aprenda en un ambiente propicio lleno de amor y cuidado”.

Satisfaciendo las necesidades de la comunidad

Cuando Haddy se mudó a Harrisburg desde Gambia en 2011, no tenía intención de iniciar un centro de cuidado infantil intercultural. Creó un refugio para la comunidad en la que vive y para las familias inmigrantes que necesitan cuidado infantil asequible en 2018 por necesidad.

“Mi hija mayor iba a la universidad y la economía estaba apretada, así que abrí un cuidado diurno en casa”, dice.

Con la aparición de la pandemia de COVID-19 en 2020, trasladó el cuidado diurno a un espacio alquilado más grande en Linglestown Road y ha estado atendiendo a niños desde las 6 semanas desde entonces. Al lanzar HMC, Haddy hizo de la asequibilidad, especialmente para las familias inmigrantes, una prioridad.

“Cuando llegué aquí, estaba tratando de encontrar una guardería para mis hijos y no podía encontrar ninguna asequible”, dice. “Las personas de mi comunidad, especialmente los inmigrantes, encuentran muy difícil encontrar un cuidado infantil que satisfaga sus necesidades y que sea asequible.”

Un sueño obstaculizado por la realidad

El centro de cuidado infantil de Haddy tiene capacidad para atender a 32 niños, y ha estado explorando instalaciones más grandes para poder ayudar a más familias. Pero contratar personal adecuado ha resultado desafiante. Su deseo de proporcionar cuidado asequible significa que no puede ofrecer los salarios que muchos centros más grandes ofrecen.

Al mismo tiempo, con altos costos operativos y tratando de mantenerse competitiva, Haddy ha tenido dificultades para asegurar la financiación necesaria. Después de cinco años en el negocio, sigue sacrificando su salario para apoyar a sus empleados y familias. Haddy sueña con expandir su modelo de cuidado diurno asequible a otras comunidades, pero es un sueño que sigue siendo moderado por realidades financieras y falta de personal.

A pesar de las dificultades, su dedicación no flaquea.

“Estos niños son como si fueran míos”, dice. “Me encanta ver sus caras felices, escucharlos decir: ‘¡Hola, Sra. Haddy, buenos días!’. Eso es lo que me motiva a seguir viniendo todos los días.”

El enfoque de Haddy hacia el cuidado infantil abarca más que solo un servicio. Ella crea un ambiente familiar donde los niños son cuidados y los padres son informados regularmente sobre el progreso de sus hijos. Cuando los padres vienen a ella en dificultades financieras, Haddy ha sido conocida por eximir tarifas. Regularmente trae comidas caseras para los niños que vienen al centro sin almuerzo o aquellos que no quieren el almuerzo con el que vinieron.

‘Nunca te rindas’

A pesar de las dificultades asociadas con trasladarse y mudarse a EE. UU. y los desafíos de operar su negocio, Haddy cree que su origen inmigrante la ha hecho más fuerte, enseñándole el valor del trabajo duro y la resiliencia. Siempre está dispuesta a ayudar a un fundador con ideas afines a poner en marcha un centro de cuidado infantil.

“Me gustaría aprovechar esta oportunidad para agradecer a mi querido esposo Muhtarr, a mis hijas, a los colegas de la guardería, a Tameeka, Dorothe, Patricia, Sra. Pecola y Sra. Kumba porque sin su apoyo y dedicación HMC no estaría donde estamos hoy”, dice Haddy.

“Nunca te rindas”, agrega. “Siempre ayuda en cualquier pequeña forma que puedas para poner una sonrisa en el rostro de alguien.”