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El fundador de Leg Up Farm da un paso atrás para ayudar a su organización a avanzar

El fundador de Leg Up Farm da un paso atrás para ayudar a su organización a avanzar

  • Louie Castriota abrió el centro de terapia para niños con necesidades especiales en 2010. Para asegurarse de que el éxito de la organización le sobreviva, ha dado un paso atrás desde entonces.
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El sueño de Louie Castriota era grande: quería crear el centro terapéutico definitivo para niños como su hija Brooke.

Reuniría todo lo que pudiera ayudar a los niños con necesidades especiales, desde terapia física, ocupacional, del habla y acuática hasta servicios de salud conductual y equitación terapéutica.

Tardó 13 años en construirse, pero en 2010, Brooke, que entonces tenía 14 años, atravesó las puertas del sueño de su padre, ahora convertido en Leg Up Farm.

“Es una serie de pasos muy pequeños dados por mil personas diferentes que dieron vida a Leg Up Farm”, dice hoy Louie.

Poco después, empezó a planear cómo retirarse de la organización que había creado.

“Si realmente quieres que algo como Leg Up Farm sobreviva, no puede girar únicamente en torno a ti”, dice Louie. “Tiene que ser una organización en la que la comunidad vea valor y, en cierto sentido, sea propiedad de la comunidad, no del fundador”.

Los próximos 50 años

Louie es un constructor. No se limita a mirar el presente, sino que mira al futuro en 10, 15 o 20 años.

“Casi hay que mirar el plan de sucesión desde el principio”, dice.

Pero dejar el proyecto tan personal en el que trabajó durante más de una década no fue fácil.

“Definitivamente, te lamentas casi un poco porque estabas tan cerca de él, y estaba tan arraigado en tu vida diaria”, dice. “Pero creo que el sentimiento más abrumador es el de orgullo: que algo que lograste pueda seguir durante los próximos 50 años para servir a miles de familias de la comunidad”.

Un proceso lento

Louie se ha ido retirando poco a poco de los puestos clave, paso a paso.

En primer lugar, se apartó del día a día para que el personal buscara el liderazgo de otros.

“Como líder, tienes que permitir que otras personas tengan éxito y fracasen”, dice. “Tienes que aceptar la idea de que puede que no sea exactamente como yo lo hice, pero eso no significa que no sea genial”.

Louie pasó de presidente y director general a presidente del consejo de administración y finalmente a miembro del consejo. La clave en cada paso fue proporcionar estabilidad y no precipitar el proceso.

“Es un proceso lento y agradable, como ir a la deriva en un barco en mares tranquilos”, dice.

Dejar un Legado

Mientras Louie sigue dando un paso atrás, se centra en tres cosas: abogar por Leg Up Farm, donar todo el dinero que pueda anualmente y dejar un legado que ayude a la estabilidad financiera a largo plazo de la organización que fundó.

Y Brooke, la inspiración de Leg Up Farm, tiene ahora 26 años.

“Me siento muy orgulloso de haber recibido el regalo de esta niña que tuvo un impacto tan profundo en mi vida”, dice Louie.

Le dice a su hija todo el tiempo que ella es la razón de que Leg Up Farm exista.

Aunque no habla, Louie puede ver en sus brillantes ojos azules que lo entiende.

“Creo que eso también la enorgullece”, dice, “que gracias a ella se ayuda a todos estos otros niños”.