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Los fundadores de EsoArts crean un espacio para creativos de todos los orígenes en Lancaster

Los fundadores de EsoArts crean un espacio para creativos de todos los orígenes en Lancaster

  • Un cuarteto poco probable hizo realidad su sueño de una galería que diera la bienvenida a todas las formas de expresión de artistas de todos los ámbitos de la vida este año cuando abrieron EsoArts.
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En enero, los artistas Andrew Silvius, Zachary Walter y Annie Roth, junto con el cuarto copropietario y empresario Chris Dreisbach, abrieron EsoArts, una galería de más de 4,000 pies cuadrados en 317 N. Queen St. en Lancaster.

En dos pisos y la escalera que los conecta, el arte adorna las paredes de piso a techo. Se exhiben óleos, acrílicos, técnicas mixtas, camisetas, joyas, cerámica, velas y muebles de más de 55 creadores.

Un viaje escolar convertido en amor por el arte urbano

Los cuatro amigos no tenían la intención de abrir una galería y un espacio para eventos. Solo intentaban dejar el alcohol. Pero al compartir cigarrillos, historias de vida e invitarse mutuamente a eventos de arte en Lancaster, descubrieron que cada uno tenía una pasión similar por la expresión visual.

La pasión de Andrew por el arte y las subculturas se despertó desde muy joven. Admiraba a su hermanastro mayor, quien lo introdujo en los mundos del punk rock, el skateboarding y el arte. La chispa se convirtió en un fuego ardiente durante la excursión escolar de Andrew de sexto grado al Zoológico de Filadelfia. Pero no fueron las bestias salvajes las que lo cautivaron.

En ese viaje fatídico, Andrew vio el vandalismo por primera vez.

“Me enamoré completamente del graffiti”, dice. “El viaje comenzó allí y luego, ya sabes, no pude detenerme”.

En el frente de EsoArts, el estudio de trabajo de Andrew abraza el graffiti de piso a techo. Su marca, crumbsLANC, incluye arte de graffiti en paredes y ropa.

Tatuajes e ilustraciones

Cuando Zach se dio cuenta de que las Tortugas Ninja eran dibujos animados, le intrigó la destreza artística detrás de la animación. Pronto, el dibujo se convirtió en su forma de escape y eventualmente evolucionó hacia el arte con tinta. El estudio de tatuajes de Zach, Cactus Zach, está en el segundo piso de EsoArts.

Para Annie, la experiencia de pasar de la recuperación a ser dueña de un negocio ha sido transformadora. Ella escribe en su Instagram: “Si me hubieras dicho hace cinco años que tendría una galería de arte, sería una terapeuta de arte, tendría una familia propia, sería una madre, tendría amigos que son REALMENTE como una familia, o incluso simplemente estaría viva, te prometo que no lo habría creído. La vida que deseas, el amor que anhelas y todas las cosas hermosas y mágicas están más allá de tus creencias limitantes, tu juicio, tu miedo y las personas de mierda que te rodean”.

Cuando el trío conoció a Chris de Blueprints for Addiction Recovery, comenzaron a formar una visión de establecer un espacio asequible donde los artistas pudieran expresarse, exhibir y vender su arte.

Donde el arte cobra vida

Los copropietarios nunca imaginaron crear solo un espacio de galería. EsoArts es un lugar donde el arte cobra vida. Conciertos, movimientos creativos y yoga tienen un hogar allí. Incluso albergará una boda. Andrew quería crear un espacio donde el arte no estuviera censurado y todos fueran bienvenidos.

“Necesitaba haber un espacio comunitario donde los artistas de cualquier origen demográfico, socioeconómico, sexual y racial fueran bienvenidos”, dice Andrew. “Tenemos personas aquí que han abandonado la escuela secundaria. Tenemos personas aquí que tienen su maestría en bellas artes”.

En EsoArts, con la supervisión e información de Chris, crearon un plan de negocios que les permitió ofrecer espacio a los artistas por $70 a $150 por mes. Los artistas suelen alquilar por un mes a la vez, y las paredes cambian constantemente. Alquilar espacio para eventos también es clave para mantener el negocio. El edificio puede acomodar a poco menos de 100 personas.

En última instancia, Andrew, Zach, Annie y Chris esperan expandirse en las partes no utilizadas del edificio y crear más espacio de estudio para artistas.

“No estamos aquí para ser una galería de bellas artes”, dice Andrew. “Estamos aquí para ser un hogar e inspirar vulnerabilidad en nuestra comunidad. Si alguien siente que está listo y está dispuesto y quiere ser lo suficientemente valiente como para mostrar su trabajo, estamos dispuestos a mostrarlo por ellos”.

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